9.6.10

Señal

Mientras leo el Dogma Socialista y me imagino a Echeverría dando lástima por las calles porteñas y embarradas a causa de su constante malestar, veo súbitamente un colibrí que se queda, suspendido en el aire, mirándome fijo, a través de la ventana. El colibrí -pienso después- es un animal mágico: con su aparición repentina, el tiempo se detiene. No hay sol, es otoño y hace frío, debe ser el único pajarito que sale contento a visitar ventanas y esto lo debe volver un poco excéntrico para los de su misma especie... Y ahí se va, desplegando un halo verde entre las ramas de un árbol, sin pensar en las inclemencias climáticas ni en lo lejano de la primavera... haciendo solamente lo que sabe hacer: ser un colibrí que visita ventanas.